jueves, 18 de julio de 2013

Verso 2º - La Inquisición como "aliada".


      La reunión demasiado extraña. La misión que me ha sido encomendada la considero una de las más difíciles a las que me he enfrentado nunca, voy a poder desempeñar una labor que hasta ahora no había hecho nunca: acercamiento con mis víctimas. Pero sin duda, lo más raro de todo, incluso llegando a ser temible, es quién lo encarga. Al llegar, un simple señor mayor, con el pelo canoso y las arrugas muy marcadas, quizá algo más de 60 años. Como siempre, esperaba a alguien de mi especie. Aunque en la situación actual es bastante abierta, no es muy común que un mortal pida la exterminación de un vampiro abiertamente, y menos que contrate a otro vampiro para ello. Probablemente, moriría en el intento.
      Pero allí estaba él. Christoph, un humano simple, aparentemente débil. ¿Lo que pedía? La exterminación de una manada completa del Sabbat. ¿Y me busca a mí para eso? Al principio no lo he podido creer. Pero era cierto. Tengo que infiltrarme en una manada del Sabbat, hacerme pasar por su nueva compañera, conseguir incluso que me acepten como miembro de ella. Finalmente, tendré que llevarlos a un lugar pactado con Christoph para que los erradiquen, pero ¿cómo? ¿Cómo un simple humano va a poder con una manada Sabbat? La respuesta ha sido muy simple cuando me ha dicho quién era. Un Inquisidor. Esos sucios perros se han extendido en los últimos años como la peste por todos lados. Al caer el velo de la Mascarada, la leyenda del vampiro había caído, y los humanos se está armando hasta los dientes para protegerse de nosotros, y una de sus peores armas es esta estúpida organización dedicada a erradicarnos. Pero por el momento mi vida parecía estar a salvo. Christoph me “necesita” para llevar a cabo su misión personal, y no va a acabar con billete directo a su éxito.

      Pero eso no es todo. Como misión secundaria, propia de un videojuego de RPG, tendré que conseguir, no sólo que me acepten y me dejen acercarme a ellos, sino además convencerlos para que acaben con la Príncipe de nuestra ciudad. Así, mi querido Inquisidor matará a dos pájaros de un tiro (y cuando dijo a dos pájaros, quiero decir a 5: los cuatro de la manada y la Príncipe). Para facilitarme un poco las cosas, Christoph me ha aportado ciertos datos, muy concretos, sobre Angelique (la Príncipe de la ciudad) y así poder crear una historia respecto a eso. Han sido muchos años de interpretación. Con eso, mi mente y un poquito de imaginación, vuelvo a ponerme la máscara de Judith para interpretar mi último papel. Ahora, sólo queda crear el guión de mi vida.

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