Una vez supe dónde celebraría el
próximo ritual de vinculación del grupo, comencé a organizarlo todo. Gracias a
mis contactos, que me mantienen informada de la situación de la manada, sé el
momento y el lugar.
Mañana, viernes, 3 de Abril, la
pequeña ermita de Santa Gemma será objetivo de sus fechorías, y el pequeño
cubículo santo propio de un pequeño pueblo, quedará reducido a polvo. Cuando todo
acabe... allí estaré yo, lista a lo que surja. Dispuesta a ser Judith, tremere desvalida, y ex-miembro resentido de la camarilla con ganas de sangre.
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