miércoles, 19 de junio de 2013

Nueva vida, nuevos sueños.

Escapé a Londres. Allí me formé durante muchos años. Para intentar olvidar a Stephan busqué a varios de mi clan que me ayudaran a formarme. Melissa, una simpática tremere londinense me acogió en su biblioteca. Me enseñó todo lo que ella sabía, todo muy diferente a Stephan. Estuve varios años con ella. Pero en 1954 me despedí de mi querida maestra Melissa. Quería empezar a vivir algo de la vida humana. Me matriculé en varias universidades nocturnas, viajé mucho, aprendí idiomas y me aficioné a eso del arte. Tengo varios título universitarios (no sin esfuerzo), he aprendido mucho en muchos ámbitos, y me considero una persona bastante cultivada. En los años 70 la música empezó a parecer maravillosa. Los movimientos que estaban surgiendo me llamaban la atención. El Rock, y posteriormente el Heavy empezaron a ser una gran pasión para mí. Su música, sus letras... Me llenaban mucho. En ese aspecto, me sentía muy "humana". Vivía alejada de las trifulcas vampíricas. Mantenía la Mascarada, pero porque me convenía. Sabbat, Camarilla, Independientes, Anarquistas... Todo me daba igual. Vivía con el dinero que me había dejado Stephan, que no era poco. Pero quería empezar a vivir por mi cuenta. Desde que pasó todo aquello en Roma mi corazón muerto se había hecho de piedra. Sólo conseguí coger algo de cariño a Melissa, pero a nadie más. Todos los vampiros me daban igual, los humanos no eran más que mi alimento, pero intentaba disfrutar con ellos. Me gustaba caer bien, así tenía amigos por todos sitios, pero todo quedaba en algo superficial.
      Para conseguir dinero empecé a hacer trabajillos sucios. Hacía pocos meses, allá por el año 1983, un humano clavadito a Paolo apareció en mis oscuras noches. No sabía decir por qué, pero sin pensarlo me lancé a él con el único propósito de despedazarlo. Y sólo porque se parecía a Paolo... Y aquella sensación me gustó. Me gustó matar porque sí. Empecé a buscar a gente que requiriera de los servicios de algo parecido a un “mercenario”. Usaba mis armas de mujer para que todo fuera más sencillo, y cuando los tenía engatusados, llevaba a cabo la misión.
      Cada vez que terminaba una misión, cambiaba mi apariencia un poco, mi nombre y mi ciudad. Tengo la pequeña manía de alternar tres nombres: Julia, Juno y Judit, siendo ahora Judith. He vivido en mil ciudades, he matado a todo tipo de seres, y realizado misiones de todo tipo. Creerme que casi 50 años de mente fría dan para ver de todo. Mis métodos son rápidos, eficaces, no me gusta relacionarme con mis víctimas más allá de lo necesario. He visto morir a todos mis seres queridos. He experimentado el dolor de la muerte muy de cerca, y ahora estoy sola. Quise volver con Melissa un tiempo, pero el Sabbat se ha desatado como una fuerza muy pesada y en Londres especialmente la ha tomado con los vampiros más conservadores. Ya no somos una leyenda. Estamos vivos para los humanos. Somos la leyenda viva, el cuento real. Y quiero aprovechar eso. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario